GE Castro-SanMiguel. Departamento de Lengua Y Literatura Española (2º ciclo de ESO y Bachillerato)


lunes, 4 de febrero de 2019

VICENTE ALEIXANDRE

Nació en Sevilla (1898), pero a los dos años se trasladó su familia a Málaga, la «ciudad del Paraíso» donde transcurrió casi toda su niñez. En 1909, nuevo traslado a Madrid, en donde vivirá en adelante. Estudió Derecho y Comercio, pero, desde 1925, su precaria salud lo mantiene apartado de toda actividad profesional. Se ha dedicado por entero a la poesía. Fue uno de los pocos miembros del grupo del 27 que permanecieron en España al término de la guerra, y su presencia ha supuesto un profundo y decisivo magisterio en la poesía posterior. En 1949 es elegido miembro de la Real Academia Española. Y prosigue su obra: su figura no cesa de crecer en estimación y, además, es proverbial su generoso aliento a los poetas jóvenes. La concesión del Premio Nobel, en 1977, corona una trayectoria ejemplar. Murió en 1984.

Atendiendo a la visión del mundo que subyace en sus poemas, se distinguen en su trayectoria DOS ETAPAS que señalamos a continuación.

 PRMIERA ETAPA
Su visión inicial del hombre es radicalmente pesimista: el hombre es la criatura más penosa del universo: es sólo imperfección, dolor, angustia; un ser tanto más frágil, más vulnerable cuanto más humano. Aleixandre parece envidiar al vegetal, al mineral. Y su aspiración profunda sería volver a la tierra, fundirse con la Naturaleza para participar, insensible, de su gloriosa unidad. Esta singular concepción da a muchos de sus poemas una indudable fuerza telúrica.

Pero entre todos los libros de esta etapa, destacan dos grandes libros, que merecen párrafo aparte. En La destrucción o el amor (1932-33) -Premio nacional de literatura-, la pasión amorosa se confunde con la pasión por una muerte liberadora: de ahí la construcción identificativa del título. Encierra esta obra algunos de los poemas amorosos más intensos que se han escrito en nuestra lengua y en nuestro tiempo. El libro Sombra del Paraíso (1939-43) es, sin duda, la obra cumbre de Aleixandre. Desde este destierro, el poeta recuerda o imagina un prodigioso edén, libre de sufrimiento y de muerte. Es la «visión del cosmos en su gloria, antes de la aparición del hombre y, con él, del dolor y de la limitación». El lenguaje es bellísimo. Su publicación en 1944 —el mismo año que Hijos de la ira— constituyó uno de los grandes acontecimientos literarios de la posguerra.

SEGUNDA ETAPA
Entre 1945 y 1953, escribe Aleixandre Historia del corazón, libro que supone «una nueva mirada y una nueva concepción». La novedad, o cambio profundo, radica en que el hombre es mirado ahora positivamente. Sigue siendo una criatura desvalida, que sufre, pero ahora el poeta admira «su quehacer valiente y doloroso». La palabra clave de esta etapa, sería solidaridad. En composiciones como El poeta canta por todos (significativo título) o En la plaza se sale de sí mismo, de sus obsesiones personales, para fundirse con los anhelos de los demás: «No, el hombre no está solo. Hasta el amor es una conciencia de compañía.» El tema del amor cuenta en este libro con poemas espléndidos.

En esta nueva línea, de profunda humanidad, se sitúan los libros posteriores: En un vasto dominio (1958-62), Retratos con nombre (1958-64), Poemas de la consumación (1965-66) y Diálogos del conocimiento (1966-74).

De todos ellos, el titulado Poemas de la consumación es una nueva cima de la poesía de Aleixandre y fue recibido con asombro. En él, el anciano poeta ve la juventud como «la única vida» y canta con un tono sereno y trágico, más que elegiaco, la consumación de su existir. Y no sabemos qué es más admirable, si la plenitud del lenguaje poético o la inmensa entereza humana del poeta.


BIOGRAFRÍA Y TEMAS DE SUS OBRAS