Las Sinsombrero es el nombre por el que son conocidas un grupo de mujeres pensadoras y artistas españolas pertenecientes a la generación del 27 nacidas entre 1898 y 1914. El nombre responde al gesto de quitarse el sombrero en público que protagonizaron Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico García Lorca en la Puerta del Sol. "Nos apedrearon llamándonos de todo", relata la misma Mallo en unas grabaciones tras volver del exilio.1
Madrid
fue la ciudad donde la gran mayoría de ellas residieron, estudiaron y
desarrollaron su actividad artística. Abiertas a nuevos conceptos de
modernidad y a las corrientes de vanguardia que provenían de Europa,
fueron también las recuperadoras de la tradición popular. Profundamente
comprometidas con su tiempo y su realidad social, su actitud fue
rompedora y abierta, transformando el panorama cultural y artístico de
una España convulsa.
Sus aportaciones están todavía poco estudiadas y, en su gran
mayoría, han quedado al margen de las antologías y los manuales de arte y
literatura hasta nuestros días, aunque desarrollaron una actividad
constante y destacada en campos tan variados como la escritura, la
pintura, la escultura, la ilustración o la filosofía.
Origen del nombre
Un día, en el Madrid de los años 20, Federico García Lorca, Salvador
Dalí, Margarita Manso y Maruja Mallo pasearon por la Puerta del Sol
quitándose el sombrero. Esta actitud transgresora pretendía romper la
norma y, metafóricamente, en ausencia de la pieza que tapa la cabeza,
liberar las ideas y las inquietudes.
Una de estas mujeres que protagonizó la anécdota, Maruja Mallo, la
explica de la siguiente manera “Un día se nos ocurrió a Federico, a
Dalí, a Margarita Manso y a mí quitarnos el sombrero porque decíamos que
parecía que estábamos congestionando las ideas y, atravesando la Puerta
del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo”.
El origen del nombre Las Sinsombrero para denominar a las mujeres
pertenecientes a la Generación del 27 viene del proyecto transmedia del
mismo nombre creado por Tània Balló Colell, Serrana Torres y Manuel
Jiménez Núñez que tomaron la anécdota contada por Maruja Mallo para dar
nombre al proyecto que acabaría denominando a estas mujeres.
En plena dictadura de Primo de Rivera, en una España todavía
cerrada y de espaldas al mundo, este gesto, quitarse el sombrero, los
convirtió en rebeldes, especialmente a las mujeres. Para ellas,
prescindir del sombrero implicaba abandonar el corsé de la época y, por
tanto, no conformarse con el papel de esposas y madres.
Características de conjunto
Las artistas españolas del 27 reivindicaron su papel intelectual no
solo sobre su propia figura, sino sobre la vida cultural que las
rodeaba. Así, es fácil seguir la pista de muchas ellas en publicaciones
de la época, haciendo reseñas sobre libros, opinando sobre arquitectura y
formando parte de una ajetreada agenda social.
Reflexionaron, además, sobre la iconografía propia de la
feminidad. Este detalle puede comprobarse incluso a la hora de
denominarse. Empiezan a imponerse fórmulas como “autora”, “escritora”,
“pintora”...
El trazo más relevante es, sin duda, la introducción de un perfil
femenino consecuente a su realidad en sus obras. La mujer se convierte
en un personaje pictórico y literario fuerte, emancipado, que lucha
contra su destino. Se representan grupos de mujeres con un look moderno,
fumando o en actitud intelectual. Las personalidades son fuertes e
independientes y hacen suyo un espacio que, hasta el momento, solo
estaba permitido a los hombres.