La causalidad es, en esencia, la relación entre
una causa y un efecto o consecuencia.
En la bibliografía dedicada a la expresión de la
causa es común distinguir entre dos grandes tipos de construcciones causales:
las causales centrales, integradas o del enunciado (en que se expresa la
denominada "causa real"); y las causales periféricas,
extrapredicativas o de la enunciación.
Las subordinadas causales y finales del
enunciado o internas expresan la causa, respectivamente la finalidad
real de lo que se expresa en la oración principal. Van pospuestas a la
oración principal y no se separan por coma. Las sub. finales del
enunciado pueden ir antepuestas a la oración principal, situación en la
que se separan por coma.
- Has aprobado porque has estudiado.
- Tienes que aprender para aprobar.
Las subordinadas causales y finales de la
enunciación o externas no expresan la causa, respectivamente la
finalidad real de lo que se expresa en la oración principal, sino que
dependen de un verbo de decir (decir, afirmar, etc.) que se sobrentiende
y que se refiere al motivo que tiene el que habla para afirmar eso.
Estas subordinadas se separan siempre por coma de la oración principal.
No contestan a las preguntas ¿por qué? y ¿para qué? sino ¿por qué lo
digo? y ¿para qué lo digo?
- Has suspendido el examen, (lo digo) porque solo has frecuentado la facultad (no has estudiado).
- Desde hoy en adelante tienes que aprender, (lo digo) para que te quede claro.