GE Castro-SanMiguel. Departamento de Lengua Y Literatura Española (2º ciclo de ESO y Bachillerato)


jueves, 12 de marzo de 2015

LAS NANAS DE LA CEBOLLA

Es Miguel Hernández uno de los poetas españoles que más admiración puede despertar entre los amantes del verso. Su evolución casi autodidacta en el mundo de las letras y el estudio desde que era un pastor hacen todavía más inmenso el reconocimiento que hay que tener a sus composiciones. La época negra que le tocó vivir y que manchó su propia vida quizá hicieran que sus obras hayan tomado la importancia que hoy le damos.

Nanas de la cebolla está dedicado a su segundo hijo (el primero murió con pocos meses). Miguel Hernández, posicionado en el bando republicano en esa desgracia española llamada Guerra Civil, fue ingresado en prisión al término de la misma, en 1939. Allí poco puede hacer más allá de “escribir o desesperarme” como él mismo confirma en una carta enviada a su esposa, Josefina. Es precisamente una de las cartas de su mujer la que le hace escribir Nanas de la cebolla. Josefina le habla de su pobreza y de que ella y su hijo sólo tienen para comer pan y cebolla. Miguel Hernández, desde su celda, le respondería poco después con estos versos (y que yo recomiendo, además, leer acompañando a Serrat en su transformación musical de los mismos)