La obra dramática de Valle-Inclán es, ante todo, muy personal, y está muy lejos del tipo de teatro que en ese momento triunfaba en la escena española. Recoge la influencia de todas las innovaciones europeas y la une a una extraordinaria intuición teatral para convertirse en el primer dramaturgo contemporáneo de la literatura española.
Literariamente, este complejo proceso se complica aún más debido a la insobornabilidad estética de Valle. El resultado es una continua evolución en los diversos géneros que tocó -su obra es amplísima-, desde sus primeras producciones modernistas hasta sus «esperpentos» de los años 20 y 30; una evolución durante la cual Valle experimentó con todo lo que la lengua ponía en sus manos, avanzando por senderos desconocidos en su época
Comienza su producción dramática en 1899 y acaba en 1927. La constante a lo largo de estos casi 30 años es la voluntad de ruptura formal temática respecto a la dramaturgia realista (que era en aquellos años, no lo olvidemos, la que triunfaba).
El conjunto de las obras teatrales de Valle-Inclán se desarrolla a través de varios ciclos, no sucesivos, sino paralelos. Este escritor practicó a lo largo de su trayectoria escénica tres formas teatrales innovadoras. Esas tres direcciones paralelas son: la mítica, la farsa y la "esperpéntica".
Veamos una adpatación cinematográfica de Luces de Bohemia, obra cumbre del ciclo del esperpento, y a través de la cual analizaremos las características más destacables del esperpento.