IV
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
X
La envidia de la virtud
hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
es lo que se envidia más.
XXIII
No extrañéis, dulces amigos,
que esté mi frente arrugada;
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas.
XXI
Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
después soñé que soñaba.
XLI
Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.
XLIV
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
LIV
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
FACUNDO CABRAL Y ALBERTO CORTEZ cantan los siguientes:
XII
¡Ojos que a la luz se abrieron
un día para, después,
ciegos tornar a la tierra,
hartos de mirar sin ver!
XXXVII
¿Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro
de la tierra haz una copa
para que beba tu hermano.
XXXVIII
¿Dices que nada se crea?
Alfarero,a tus cacharros.
Haz tu copa y no te importe
si no puedes hacer barro.
XLVI
Anoche soñé que oía
a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía,
y yo gritaba: ¡Despierta!
XXVII
¿Dónde está la utilidad
de nuestras utulidades?
Volvamos a la verdad
vanidad de vanidades.
XXX
El que espera desespera
dice la voz popular.
¡Qué verdad tan verdadera!
La verdad es la que es,
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés.
XLII
Dices que nada se pierde
y acaso dices verdad,
pero todo lo perdemos
y todo nos perderá.
XLVII
Cuatro cosas tiene el hombre
que no sirven en la mar:
ancla, gobernalle y remos,
y miedo de naufragar.
XXIX
Caminante son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Y JOAN MANUAL SERRAT pone música a muchos de los poemas de Machado:
I
Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompa de jabón.
Me gusta verlos pintar
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
